
Imagens que capturei com minhas câmeras ou trabalhei com minhas mãos-ideias, opiniões e conceitos, cores e tons, vozes e sons, luzes e sombras- permitem traduzir ou comunicar imagens pessoais, que estão expostas e compartilhadas com vocês, a fim de espalhar paixões e convicções que fazem parte da minha vida. Desejando que elas sejan do seu agrado, convido-vos a seguir este blog e compartilhar minhas historias...
Traductor
sexta-feira, 9 de abril de 2021
Libro: QUILEROS-Entre historias y caminos
domingo, 28 de março de 2021
NAUFRAGIO DEL TAQUARÍ - verdades y mentiras de la marea roja
Hace 43 años nuestra región sufría una de las mayores catástrofes ambientales de la época moderna.
Al acercarse las personas a la costa, eran invadidas por un fuerte olor y sufrían intensos ataques de tos, lagrimeaban y se les cerraban las vías respiratorias superiores; animales domésticos morían por toda la zona costera, cientos de ejemplares de la fauna marina surgían ya sin vida de las aguas del Océano, y las autoridades de la época daban en llamar a ese fenómeno “MAREA ROJA”. Teniendo como epicentro al Balneario brasileño Hermenegildo, y afectando con menor intensidad a los demás balnearios de la región, amanecía aquel viernes 31 de marzo del 1978 que quedaría en la memoria de muchos hasta el día de hoy.Aunque los pobladores no dudaron en expresar su preocupación por el evento y buscaban ayuda en el Puesto de Salud de la Santa Casa -en el Municipio de Santa Vitoria do Palmar-, las autoridades locales demoraron cuatro días en reaccionar y pedir la colaboración del poder estadual y federal. Recién el 14 de abril siguiente se hacían presentes en la región el Ministro de Salud, el Secretario Especial de Medio Ambiente de Brasil, el Secretario de Salud de Rio Grande do Sul y diversos técnicos; intentando calmar los ánimos de la comunidad, el gobierno dictatorial brasileño de la época no demoró en expresar que sólo se trataba de un evento natural periódico conocido por todos como “marea roja”, hipótesis que el gobierno uruguayo -también de facto- fue conteste en respaldar, aun sin tener pruebas científicas para sostener su argumento: los unos, por miedo a levantamientos sociales internos -se acercaba la fecha de aniversario de la Dictadura Militar-, y los otros, por la proximidad de la Semana Santa o de Turismo, que representaba el 40% del Producto Bruto Interno del país.
El evento permanecía, crecía y se expandía. Aquel fuerte olor a “malatol” como decía el Profesor Homero Suaya Vasques en agosto de 2017, pocos días después se empezó a percibir 80 km. al sur; y 200 km. al norte, pescadores de Mostarda, Tramandaí y hasta Arroio do Silva sentían el olor y sufrían las consecuencias adversas en la pesca. Por precaución, las autoridades de la época no dudaron en determinar la prohibición de consumo y comercialización de mariscos y productos del mar; el sector industrial de la pesca resultó así notoriamente afectado, y su paralización ahondó la conflictividad social en el Estado.
Ahora, si en realidad era “marea roja” como había dictaminado las autoridades, ¿era posible que la simple mortandad de microorganismos, que causan la decoloración de las aguas y producen un olor nauseabundo, fuese de tal magnitud que provocara la muerte a miles de mariscos, miles de peces, lobos marinos, focas y hasta de animales domésticos de los pobladores, tales como perros, gatos, gallinas o caballos? No existían ni existen hasta el día de hoy pruebas científicas de un efecto fatal de tales magnitudes a causa de una “marea roja”.
Los medios de la época y algunos actores vinculados al mundo del mar, inmediatamente relacionaron el hecho al naufragio del navío “Taquarí” en las costas del Uruguay, más exactamente en Rocha, frente al Cabo Polonio (en el grupo de Islas de Torres, sobre la Piedra Negra, a 8 millas del Faro), ocurrido cuando amanecía el martes 13 de abril de 1971, mientras el buque se dirigía de Houston a Buenos Aires; esta vinculación se justificaba por el desconocimiento real de qué contenía en su carga, y las mil hipótesis que se tejían al respecto. Lo cierto es que hoy día, con el informe oficial de la carga en nuestra manos y luego de consultados diversos técnicos, ninguno considera posible afirmar terminantemente que fuera esa la causa de dicha catástrofe ambiental; y a pesar de que fuera encontrado isiotiosianato de metilo en el agua -en una prueba realizada de forma independiente por parte del Centro de Estudios Toxicológicos de Pelotas, contra la voluntad de las autoridades de la época-, lo cual coincide parcialmente con la carga del “Taquarí” (7 toneladas de la sustancia), ello no resulta conclusivo para imputar al navío como único culpable de aquella desgracia.
En el transcurso de la investigación, como en todo trabajo de seguimiento, pesquisa y cruzamiento de información que pudiera arrojar más luz a los hechos, fue revelada la presencia de algunos otros navíos, incluso de banderas extranjeras, que surcaron las mismas costas por la época, trasladando altas cantidades de productos tóxicos. Resulta difícil -casi imposible- hoy, medio siglo después, poder determinar específicamente qué tipo de sustancias éstos habrían podido volcar al mar; y peor aún, los responsables de tal crimen ambiental están actualmente casi todos extintos. Sólo nos resta descubrir, conocer y aprender de estas malas experiencias, para que la irresponsabilidad con el ecosistema, con el medio ambiente marino y con la ecología en general, sean capitulo pasado y nunca más se vuelvan a repetir actos de lesa humanidad de esas características; porque no adelanta pensar en dejarles riquezas a nuestros hijos, si el planeta en que habitan es inhabitable.
Richar Enry Ferreira
domingo, 31 de janeiro de 2021
MEDIDAS PARA QUILEROS Y FREE SHOP
Durante años o décadas, hemos visto como funcionarios públicos de áreas abocadas al control y la represión en las fronteras realizan incautaciones de mercaderías y vehículos, detienen y llevan a la justicia a los involucrados -los cuales como mínimo quedan registrados como delincuentes, siempre y cuando no acaben perdiendo el derecho a la libertad o la propia vida-, para lo que muchas veces persiguen, disparan y hasta matan a ciudadanos sólo porque huyen con mercadería traída de “contra-bando” (un concepto tan arcaico como perimido en el mundo globalizado de hoy).
Ahora, cuando vemos estas noticias, https://www.telenoche.com.uy/nacionales/aduana-de-rivera-incauto-mas-de-8000-botellas-de-cerveza-y-whisky , quienes nacimos, nos criamos o vivimos en la frontera y sabemos lo que son las desigualdades sociales en la zonas limítrofes, las inequidades judiciales y la valentía de esos quileros que históricamente han cargado a pie, a caballo, en bicicleta, en moto, camioneta o hasta en carretilla, unos quilos de mercaderías para revender, revive en nuestro interior la indignación por saber que a diferencia de ellos, en este caso “no pasa nada”.
Seguramente el vendedor de free shop que comercializó esa carga no será sancionado legalmente, a pesar de que vive y comercia dentro de los límites del país, con una normativa que lo privilegia; su negocio no será cerrado, porque los uruguayos que allí trabajan no pueden perder el sustento de sus familias; y la sociedad anónima que se beneficia de esa abultada y organizada venta irregular tampoco pagará como pagan nuestros quileros, porque de seguro ni siquiera tiene sus oficinas en el país, o peor aún, puede estar formada por capital de integrantes del propio poder público. En resumen, se mide a unos con una medida diferente de otros.
Pero esto no sólo es injusto, sino que no parece que este sea el mejor camino a seguir. De hecho, con las actuales condiciones no hemos visto en la frontera ciudadanos más educados, con mejor calidad de vida o con trabajos dignos; todo lo contrario, el desempleo no para de crecer, la informalidad se ha vuelto el modo de vida estándar y eso se repite de generación en generación.
Esto no solo afecta verdaderamente la economía del país, sino que expone un sistema legal frágil, del que unos pocos se valen para beneficiarse de las exoneraciones impositivas destinadas a extranjeros, para enriquecerse y fomentar una competencia desleal con la industria uruguaya que ya bastante nos cuesta sostener con nuestro impuestos.
Limitar la libertad de comerciar, es coartar un derecho humano; tener que esconderse y poner en riesgo hasta la propia vida para poder acceder a bienes de consumo, alimentos de primera necesidad o fuentes de energía, no es digno para ningún ciudadano, por eso es evidente que esto debe cambiar.
Aclaro, esto no es una crítica al accionar de los que trabajan como aduaneros, policías o militares; pero es difícil creer que por mera casualidad se destacan fuerzas estatales durante doce o dieciocho horas en caminos por donde sólo pasan motos cargadas de hasta 20 garrafas de gas o comestibles, mientras no se reprime la comercialización en la capital, ni se castiga a los evasores en la línea fronteriza de donde parte la ilegalidad. ¿Acaso la inteligencia estatal está muy ocupada en otras funciones, que ya no cuida más de lo que de verdad importa, como drogas, armas o trata de personas?
Creamos y confiemos, con esperanza, que esto en breve pueda cambiar, y así algún día veamos la verdadera justicia contemplar a los históricos quileros, antecesores de la patria…
Richar Enry Ferreira
https://rvideomaker.wixsite.com/artimage/post/medidas-para-quileros-e-free-shop
terça-feira, 22 de dezembro de 2020
SE VA EL AÑO, Y LOS QUILEROS…
Distanciamiento o aislamiento social, confinamiento voluntario o el lineamiento estatal de #quedateencasa , la cuestión es que este 2020 ha quedado marcado en la memoria de gran parte del mundo y los quileros no son la excepción: siguen yendo a comprar de máscara y cargando lo que pueden, cómo y por donde pueden.
Sin embargo, al margen de todas las dificultades señaladas en artículos anteriores y que se refieren a su salud, a la educación y la represión que han debido enfrentar desde los orígenes de la historia, en nueve meses de un nuevo gobierno uruguayo su trabajo ha sido tema de propuestas legislativas, desde diversas tiendas políticas se han planteado múltiples propuestas, todas discutibles y todas con algo positivo para las fronteras, pero la esperanza parece centrarse en una idea más integral que surge del interior y desde el llano.
Su propuesta pretende cambiar el enfoque represivo hacia el contrabando. Si bien los dos fundamentos para combatir el contrabando que realizan los quileros son la protección a la industria nacional y la supuesta evasión de impuestos, hoy tales argumentos carecen de validez, ya que al estar dentro del Mercosur no existe esa protección arancelaria a los productos de los países vecinos.
En lo impositivo, los quileros pagan impuestos aún sin quererlo, ya que al comprar en Brasil, lo hacen como consumidor final y pagan IVA en el vecino país; entonces no hay tal omisión del pago de tributos, dicha apreciación es incorrecta y perfectamente podría resolverse con políticas espejo en nuestro país, reduciendo o erradicando así ese daño parcial e involuntario, pagando los impuestos en el país de ingreso.
En ese sentido, proponen que se busque un mecanismo para formalizar la actividad, para que el quilero, para que de ese modo, deje de ser jurídicamente un delincuente y pase a ser un pequeño importador, lo cual sumado a la propuesta legislativa que algún integrante del partido de gobierno esgrime, quitando la sanción penal a la actividad de transporte y comercialización de mercaderías del vecino país, reduciría el número de presos por tal delito y concomitantemente evitaríamos que ciudadanos honestos que pretenden trabajar se relacionen con verdaderos delincuentes que luego los captan para el crimen organizado.
Entonces, más allá de las restricciones de ingresos al Uruguay, del rastreo de contagiados, y potenciales portadores del virus, hay otros temas que preocupan a un gran sector de la sociedad, y todas las esperanzas están puestas en estas propuestas complementarias de despenalización, que -junto a la apertura del país para turistas y la flexibilización comercial fronteriza-, conducirían en un futuro a la regulación de la actividad y viceversa.
Ahora, solo depende de la voluntad política del gobierno de turno, una decisión sabia que descomprimiría mucho la delicada situación social de las regiones fronterizas del país y que los quileros, como otros muchos comerciantes, podrían recibir con gran beneplácito en este 2021 que llega, posicionandonos de otro modo frente al comercio de los vecinos paises.
Richar Enry
terça-feira, 17 de novembro de 2020
MIGAJAS DE LA TORTA
Hace varios años, desde el Departamento de Tacuarembó unos ciudadanos libertarios resolvieron incursionar en política dentro del Partido Nacional con el Lema “Un bagayero, un patriota”; pero tenían más que un slogan disruptivo: planteaban una idea, aportaban un proyecto con base y aporte desde la ciudadanía, propuesta que aún defienden y por la que siguen trabajando Atilio Amoza y Juan Manuel Rodríguez y expresan: "el contrabandista está jurídicamente en la categoría de delincuente por un tema de que no hay un trámite sencillo para la importación" […] "La actividad es comercial, consiste en comprar mercadería en determinado territorio, transportarla y venderla en otro. En la esencia no es una actividad que tenga un daño. Queremos abrir el debate y que se cree un mecanismo sencillo acorde a las dimensiones comerciales de Tacuarembó para que se pueda realizar" (1).
Con la incursión de “Cabildo Abierto” en la esfera legislativa, desde Artigas, su referente local explicaba la nueva propuesta y decía: “El proyecto trata de achicar esa brecha para que el sector comercio se pueda desarrollar mejor, y evitar que la gente se pase al otro lado de la frontera a hacer sus compras. Se busca disminuir los precios que el consumidor paga para que el comercio sea más competitivo” […] y define que el objeto es “establecer un régimen jurídico especial de comercio fronterizo para las micro, pequeños y medianas empresas (Mipymes) instaladas o por instalarse, en zonas de frontera del país” hasta 20 kilómetros desde los pasos de frontera.” (2)
Ahora, hace algunas horas o días, un Diputado Suplente del Partido Colorado, y también del Departamento de Artigas, propone: “una canasta básica alimenticia para la frontera” en estos términos: «consideramos oportuno promover la desgravación de una lista acotada de productos que integran la canasta básica familiar y de otros productos cuyo uso es indispensable en los tiempos que corren, y cuyo valor en los comercios de los países vecinos es sustancialmente menor». (3)
Mientras tanto el ex Intendente de Cerro Largo (gobernante por 10 años), ahora electo Senador por el Partido Nacional, entiende que las fronteras “son un espacio de oportunidades para el país”, y pide “medidas inteligentes y no más aduana o represión para el contrabando de frontera”: «Estamos sufriendo muchísimo las consecuencias de la falta de competitividad de los productos en frontera. Esto no se arregla con más aduana, con más represión, esto se arregle con medidas inteligentes». (4)
Ahora, cuando analizamos fenómenos regionales como este, necesitamos entender que hay cuestiones que son endémicas, históricas y tradicionales, y que por más que hayan pasado decenas de gobernantes desde el origen de la Patria, siguen sin ser resueltas; por otra parte, hay temas que son heredados y se arrastran desde hace algún tiempo, como lo es la desocupación, la informalidad y el analfabetismo (o bajo nivel educativo); y finalmente hay temas que son actuales y esos son los requieren soluciones más urgentes porque la gravedad de la situación lo requiere, y para eso no basta con buenas ideas, ni con acciones “samaritanas”, que por más que se acostumbre a hacerlo, no le va a cambiar en nada la vida de la gente; de canastas alimenticias y buenas intenciones está empedrado el infierno, podríamos decir parafraseando el dicho popular.
De poco sirve repartir las migajas del Estado entre los más necesitados, si no tratamos algunos de esos problemas que generaron, generan y generarán la actual situación; y no me refiero a la pandemia, sino a la falta de poder adquisitivo, a la falta de libertad de comprar donde es más barato, a la falta de trabajo y al hambre de los que viven en las fronteras si no les damos la posibilidad de que se ganan su sustento con dignidad. Sería más “inteligente” dejar de hacer política con las necesidades de los contrabandistas, quileros o bagayeros, y ponerse a trabajar juntos, todos los legisladores de los departamentos fronterizos, sin importar color político, en busca de una solución definitiva; y no les pido que cambien la historia y reconozcan que se perdió el tiempo sin hacer nada, AHORA PUEDE SER EL MOMENTO DE CAMBIAR DE VERDAD Y SALIR ADELANTE CON MÁS INVERSIÓN, SIN BARRERAS IMPOSITIVAS Y SIN CONDENA PENAL.
Entonces mi pregunta final es ¿por qué no se puede pensar en Asambleas Ciudadanas en las distintas ciudades de frontera para saber que quiere y necesita la gente? Y me podrán decir que hoy por la pandemia no se puede aglomerar gente, pero perfectamente se pueden abrir canales digitales para la discusión y votación de la ciudadanía, donde el pueblo se pueda expresar, proponer y resolver que es lo que quiere, lo que necesita y cree que se merece para cambiar una realidad histórica que ha sido negada por intereses ajenos a los pobladores de la frontera.
Richar Enry
https://www.elobservador.com.uy/nota/migajas-de-la-torta-202011235019
1 - https://www.montevideo.com.uy/Noticias/Lista-de-Lacalle-busca-legalizar-el-contrabando-y-su-eslogan-es-Un-bagayero-un-patriota--uc722044
2 - https://www.xn--lamaana-7za.uy/agro/cabildo-abierto-presento-proyecto-de-ley-para-impulsar-el-comercio-fronterizo/
sábado, 27 de junho de 2020
Adelanto EL POBRE QUE VA POR PAN
Adelanto del corto-documental: EL POBRE QUE VA POR PAN
En el se transmite el proceso creativo del artísta Nicolás Fariña, de la ciudad de Melo, la selección del material, la elaboración de las piezas y su visión del tema; además, participan del mismo, profesionales del medio exponiendo una visión histórica y legal de los contrabandistas, y como no podía faltar, también está la palabra de ex-quileros que quilearon a caballo, en bicicleta, en moto y a pié.
Agradecemos el apoyo de todos lo que participaron, y de aquellas personas anonimas que hicieron posible la realización de este material, esperamos sea de vuestro agrado y le invitamos a compartir una parte de la realidad social y laboral de la frontera, una faceta cultural e identitaria de una región marcada desde su origen por la presencia de los contrabandistas y quileros. Inscribase en nuestro canal -recuerde que solo digitando la campana recibirá las actualizaciones-, siganos en nuestras redes y comparta nuestras publicaciones.
Richar Enry Ferreira - ART IMAGE
sexta-feira, 19 de junho de 2020
LOS QUILEROS Y SUS ALTERNATIVAS
Hasta el cansancio se ha discutido en diversos ámbitos -académico, legislativo y hasta regional-, desde hace ya varios años, sobre cómo tratar el tema contrabando, cuáles son las alternativas que tienen los quileros y cómo entender o cambiar esa realidad de frontera.
Desde abril 2019 el Diputado Gerardo Amarilla, electo por el Departamento de Rivera, viene proponiendo la despenalización del contrabando –evitando así que simples jornaleros entren en contacto con el mundo del tráfico ilegal de alto porte y elevado peligro en las cárceles-, lo que permitiría tratar a los quileros como trabajadores y no ya como delincuentes, estableciendo o determinando el Estado cuáles serán los topes legales por los que un cargamento será considerado falta o delito.
Por otra parte, el Contador Atilio Amosa de Tacuarembó, viene proponiendo desde hace un tiempo la regularización al tránsito de mercadería, bienes y servicios en la frontera, teniendo en cuenta que el propio estatuto del Mercosur impone la libertad para el comercio de ellos, aunque desde 1991 eso no ha sido implementado; de ésta forma, los quileros dejarían de pagar impuestos en el vecino país (los pagarían en el Uruguay), y a su vez podrían legalizar el trabajo de trasiego de mercadería -lo cual reduciría el índice de 50% de informalidad y el 45% de desocupación-, igualándolos a la condición de importador y pudiendo actuar individual o conjuntamente entre un grupo de ellos.
Desde nuestro humilde lugar, hemos venido proponiendo que se discuta, se transforme y se adecue la educación en zonas de frontera, porque no sólo se observa en dicha región el problema del analfabetismo -índice que duplica la media nacional del país del 1,5% y un 3% sin estudios universitarios-, sino que lo que es más triste aún, estas área del país padecen las consecuencias de la limitada mentalidad capitalina, donde los programas y sistemas educativos que se transmiten y aplican son los que se elaboran para el área metropolitana, que muchas veces no son viables ni contemplan las necesidades y particularidades de los habitantes de la frontera, especialmente de los jóvenes que con frecuencia deben migrar, no sólo en procura de trabajo sino en busca de un estudio que les permita creer que pueden vivir en su ciudad de lo que les gusta o saben hacer mejor (o en su defecto se vuelven quileros).
Pero claro está que nada de esto es viable, correcto o adecuado si se realiza a espaldas de los quileros, si se gestiona o resuelve detrás de un escritorio, en la capital o por algún diplomático de saco y corbata que nunca pisó ni vivió esa realidad in situ. Si en verdad se pretende buscar un cambio y transformar esta realidad, necesariamente deberán de ponerse en práctica los mecanismos democráticos de participación para consultar, escuchar y darle un lugar a los pobladores involucrados en el tema, ya que no es plausible evidenciar un futuro distinto ni mejor, para ellos o para sus familias, si todo sigue igual, o peor aún, si esas transformaciones sociales vienen impuestas, desenganchadas de la realidad y desprendidas de todo afecto identitario y de respeto por la cultura local.
Desde el arte y la cultura estamos dando el primer paso, exponiendo la realidad, recuperando y revalorizando parte de la identidad y la cultura fronteriza, presentando propuestas y alternativas de cambio, porque creemos que no es justo ver morir a personas que sólo van a buscarse el pan. Ahora, cualquier posible cambio real únicamente se logrará con la participación de todos aquellos involucrados directa e indirectamente con la frontera y los quileros, porque todos de un modo u otro tenemos o tuvimos alguna vinculación real con el tema. Negarlo es de hipócritas, desestimarlo es de necios: el interior también existe y en la frontera se vive otra vida que es imposible continuar ocultando.
Richar Enry
sexta-feira, 5 de junho de 2020
EL QUILERO Y LA REPRESIÓN
La represión ha sido una constante en la región fronteriza, y una se explica por la otra
Es imposible pensar en un quilero, tratar el tema de los bagayeros o referirnos al contrabando y no hablar de la represión, desde aquellas patrullas a caballo de la Policía a los tiros, de las persecuciones de Investigaciones con sus miguelitos o de los operativos en helicóptero de Inteligencia destratando contrabandistas; de la Aduana complicando la pasada y aquella “rojita” que llegaba cada tanto causando el terror de esos jornaleros, persiguiendo y sacando todo en épocas de mucha escasez; o del Ejercito incautando alimentos en tiempo de Dictadura y rompiendo puentes en democracia.
La represión ha sido una constante en la región fronteriza, y una se explica por la otra, esa codependencia existencial muchas veces ha llevado implícita la corrupción de las instituciones públicas, ilegal pero real, basada en un acuerdo tácito de “te dejo vivir y me das vida”, pero esto no solo ocurre en las fronteras, sino también en los puertos y aeropuertos de acceso a los países, a veces por medio de grandes organizaciones estructuradas, otras, improvisadas y circunstanciales, acordadas entre las partes en el momento, que permiten el ingreso de cargas prohibidas al costo de diversas sumas de dinero, bienes o servicios intercambiados como “favor”.
Ahora bien, si la existencia de una y otra práctica está intrínsecamente relacionada, quizás sea hora de empezar a cambiar: ¿no será el momento de romper con ese perverso y vetusto ciclo de corrupción-contrabando? En tiempos en que la innovación en el mundo moderno ha cambiado la vida de los seres humanos, se supone que para mejor: ¿acaso tal vez tendríamos que pensar y generar soluciones modernas que acaben con este tipo de prácticas dañinas para todos y beneficia solo a unos pocos ambiciosos, egoístas y deshonestos que se favorecen del actual sistema imperante?
Lo cierto es que los ciudadanos de la frontera, los quileros, merecen dejar de pensar en sobrevivir trayendo lo que se pueda, en subsistir con unos kilos nada más; necesitan trabajar y vivir con dignidad, usando sus manos, su intelecto o cualquiera sea su habilidad. Todos merecen la misma igualdad de oportunidades para que puedan desarrollarse sin “distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes” (Constitución de la República, Art.8°), porque como decía la canción “LOS CONTRABANDISTAS”, de Pierre-Jean de Beranger (1780-1857), poeta francés del siglo XIX, que logró irritar a la Corona tanto como las revueltas callejeras: “… si la ley nos condena la gente nos absuelve …”
Tradicionalmente las respuestas en torno al tema contrabandistas suele ser: “esto siempre fue así”, “si esto está armado de esta manera, yo no lo voy a cambiar”, o peor aún, “deja quieto, no toques el tema porque te estás metiendo con "gente de arriba", del poder”. A mi entender, nada justifica la preservación de un sistema dañino, perjudicial para las partes y para el país, que promueve la resignación y que legitima prácticas desviadas y conductas salvajes de sobrevivencia, simplemente porque quienes deben buscar alternativas viables y más sanas para todos, no quieren incomodarse o tienen intereses creados; humildemente creo que siempre es tiempo de cambiar, de mejorar y de buscar otras salidas que no causen las muerte de quileros ni corrompan al Estado, y ese tiempo puede ser ahora.
Richar Enry
